miércoles, 25 de noviembre de 2009

Argumentación de la UCR durante el tratamiento del proyecto de presupuesto 2010

No entraré en el análisis numérico, ni de los recursos, ni de los gastos; lo han hecho bien quienes me precedieron en el uso de la palabra, lo han fundamentado bien, se puede coincidir o no, pero está hecho y, por lo tanto, no vamos a caer en reiteraciones.
Sí vamos a decir, señor Presidente, que la provincia de Buenos Aires tiene un déficit estructural en lo económico, y también en lo financiero; tiene los dos déficit.
Esta provincia de Buenos Aires conoce su déficit hace muchísimos años; sin embargo, se ha resignado y ha decidido guarecerse en el paraguas del verticalismo estatal del Estado Nacional, que ha conformado un unitarismo fiscal realmente impresionante.
Ese unitarismo fiscal que se construye día a día, desde hace muchísimo tiempo, obliga a gobernadores a someterse a las decisiones del Estado Nacional, y también doblega a intendentes, porque requieren obra pública y no la pueden conseguir en otro lado.
En conclusión, señor Presidente, somos un país federal en lo institucional, pero absolutamente unitario en lo que significa la distribución de los recursos.
Construimos o constituimos esta Argentina allá por 1853 como una república representativa y federal. Obviamente, no ahondaré en el concepto de república, pero sí tocaré el tema federal y el de la representatividad.
En el tema federal, repito, hay un unitarismo exacerbado en el tema fiscal. El Estado Nacional absorbe la mayoría de la riqueza que generamos y los gobernadores deben ir, gorra en mano, a la Casa Rosada a pedir lo que por leyes especiales les están quitando desde 1991 y, en definitiva, nos dan un pedacito de lo que nos han quitado. El título sería "te regalo lo tuyo", porque, en definitiva, nos están dando lo que nos pertenece, y lo que sobra se lo dan a los intendentes.
Obviamente, señor Presidente, así no funciona, porque hay un momento en que esto se corta.
La verdad es que, señor Presidente, lo que estamos tratando hoy es el presupuesto 2010 y quería poner en contexto este instrumento tan fundamental y decir que este ejercicio 2009 era muy importante.
Tuvimos muchas reuniones de bloque, muchísimas, siguiendo lo que estaba ocurriendo a nivel nacional. Acá se lo ha descripto, pero, lamentablemente, no se lo hizo con la profundidad debida.
Tenga en cuenta, señor Presidente, que a fines de 2009 vencen el impuesto a los bienes personales, el impuesto a las ganancias, el impuesto sobre los créditos y débitos bancarios, el adicional de emergencia sobre el precio final de venta de cigarrillos, la contribución especial sobre el capital de las cooperativas, el impuesto a la ganancia mínima presunta y el régimen simplificado para pequeños contribuyentes; entonces, seguimos la sesión, conseguimos la versión taquigráfica, también los 6 informes de la Cámara de Diputados de la Nación -ya que la Corte hizo referencia a 73 diputados, cuando tendría que haber hecho referencia a los diputados oficialistas que no estuvieron a la altura de las circunstancias-, seguimos todos los dictámenes, analizamos toda la cuestión y llegamos a las siguientes conclusiones.
Por ejemplo, los diputados oficialistas votaron, sin modificaciones, la prórroga de todos estos impuestos. ¿Cuánto significan estos impuestos? Más de 90.000.000.000 de pesos, el 35 por ciento de los recursos tributarios a nivel nacional. ¿Cuánto discutieron para solventar a esta Provincia o a otras? Nada, cero pesos.
Los diputados de Unión PRO aprobaron todas las prórrogas, la mayoría por 10 años y otras por 2, y el único planteo que existió fue el impuesto al cheque, deducido primero lo que va a cuenta de IVA y a cuenta de ganancias, y aplicable a los 180 días de su aprobación. La conclusión es que de los 1.660.000.000 que nos hubieran correspondido, Unión Pro discutió solamente 830.000.000. Otros dictámenes en minoría, como los de la Unión Cívica Radical, GEN, ARI, entre otros partidos, plantearon, en primer lugar, la distribución del 100 por ciento del Impuesto al Débito, contando, por supuesto, las cuestiones técnicas a las que hice referencia anteriormente.
Plantearon la restitución del 10 por ciento del Impuesto a las Ganancias, que el neto de los 650.000.000 son 5.250.000.000. Plantearon cortar con el aporte de la provincia de Buenos Aires a la ANSES, porque ya no es necesario, 4.700.000.000, y hay más para contar: el 2 por ciento de ganancias, etcétera. El total de lo que se planteó en los dictámenes en minoría es de 11.610.000.000.
Entonces, señor Presidente, queda claro que es posible que esta Provincia deje de ser deficitaria, pero es necesario que el esquema de representatividad se aplique a ultranza. Uno es representante del pueblo, representa a sus representados si defiende, específicamente, los intereses de los mismos; si no, simplemente, es un empleado del Estado Nacional, y creo que esta es una gran equivocación.
Decía, señor Presidente, que al analizar la cuestión, obviamente, la decisión de este bloque, lamentablemente, se fue haciendo más sencilla, porque, obviamente, la Unión Cívica Radical no solamente ha sido gobierno a nivel nacional y provincial, sino que también gobierna hoy cerca de 30 municipios, y hemos gobernado, otras veces, más de la mitad de la provincia de Buenos Aires.
Entonces, señor Presidente, tenemos sentido de la gobernabilidad; por ello, entendemos lo que significa gobernar esta provincia de Buenos Aires y sus 134 municipios, y no vamos a impedir, de ninguna manera, que no se presten los servicios esenciales. No vamos a permitir que no se paguen los sueldos de los docentes, de los profesionales de la salud de los que están abarcados por la 10430 o de los empleados municipales. Vamos a hacer reflotar, en definitiva, con nuestro voto, a la Provincia y a los 134 municipios, con convicción y valentía.
Es por ello, que la síntesis que hago es la siguiente: en primer lugar, perdimos la oportunidad extraordinaria de lograr la mayor porción de renta para esta provincia de Buenos Aires, porque los diputados oficialistas mandaron a esta Provincia al desierto, sin agua y con “una lata de anchoas”. Esta es la verdad, señor Presidente.
En segundo lugar, no hay ningún mecanismo que podamos aprobar nosotros para sanear esta situación, desde el punto de vista fiscal. La reforma impositiva que se instrumentó hace poco tiempo, lamentablemente no fue debatida, y por ello, no obtuvo buenos resultados, porque el centro de esa reforma era el impuesto a las exportaciones e importaciones. Se llamaba, por ejemplo, “ingresos brutos sobre las toneladas”, algo muy original; y con respecto al impuesto inmobiliario, todos declaramos que estaba mal calculado. Por lo tanto, se plantó el oficialismo, se disciplinó, votó y al día siguiente tuvo que reformar lo que había votado, después de decirnos que “usamos el helicóptero”, entre otras cosas que nos han dicho siempre.
Parte de esa reforma ya la votamos -se eliminó el impuesto a los ingresos brutos a la tonelada-, y parte de la otra reforma se vota hoy juntamente con el presupuesto, por lo cual anticipamos también el voto negativo a la reforma del impuesto inmobiliario diciendo con claridad que cuando el oficialismo no escucha a las corporaciones esas nos vienen a ver a nosotros; después arreglan con el oficialismo y entonces no hay ni un golpe de teléfono. Digo esto para que les quede claro a algunos cómo son a veces las corporaciones y también algunos gremios.
En definitiva, quiero decir, señor Presidente, que votamos con responsabilidad y comparamos cuestiones comparables. No se pueden comparar cifras nominales; se las compara a valores corrientes o a valores constantes o se las compara en porcentajes y, obviamente, elegimos lo más fácil, las vamos a comparar en porcentajes.
Entonces, un porcentaje fue establecer los últimos 8 años –de 2003 a 2010- y calcular cuánto significa la deuda pública respecto de los ingresos totales de jurisdicción provincial más los de coparticipación.
Por ejemplo, en 2003 la deuda significaba el 237 por ciento de los recursos; en 2005, el 146 por ciento; en 2007, el 128 por ciento; en 2010, el 86 por ciento. Quiere decir que los recursos que generamos para el pago de la deuda se incrementan en mayor proporción que esta deuda. ¿Saben por qué? Porque, gracias a Dios, el 61 por ciento de la deuda está con el Estado Nacional que, en líneas generales, nos cobra el 6 por ciento y, obviamente, la inflación es del 18 por ciento; es decir, hay un repago automático vía devaluación de esa deuda.
También comparamos la deuda con el PBI provincial. En 2003 representaba el 21,57 por ciento; en 2005: 21,26; en 2007: 11,93 y hoy: 10,98. Es decir, estamos ahí. No es que estemos fantásticos, pero son elementos para tomar una decisión. Se podrá discutir un punto más o un punto menos. Nosotros discutimos con nuestros números que creemos lo hemos hecho a conciencia y con responsabilidad.
Ahora, nos preguntamos, señor Presidente, si estamos en condiciones de cambiar estas cosas. Obviamente, se nos pasó el tren con todos los vagones de la prórroga y de los impuestos que aquí se mencionan, un tren increíble, la gran oportunidad, miramos para el costado.
Entonces, volvamos muy brevemente al tema de la ANSES. Voy a hacer un resumen sobre lo que aportamos para la ANSES: el 10,3 por ciento de IVA; el 20 por ciento de ganancias y después el 15 por ciento de la masa coparticipable. No estoy tomando en cuenta otro montón de impuestos; estoy simplificando.
¿Por qué aportamos a la ANSES? Porque al oficialismo, allá por 1991, se le ocurrió decir: el Estado es ineficiente, vamos a crear las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones. Entonces, las creó y allí se nos fueron todos los contribuyentes, una masa enorme se fue a las AFJP. ¿Qué hacía el oficialismo? Aplaudía, aplaudía la privatización. Ahora el agujero que quedó en la ANSES era impresionante.
Y, entonces, ¿qué hicieron? Hicieron pactos federales, los más importantes en el ’91 y ’92, y nos quitaron estos fondos a los que yo hacía referencia: de IVA, de Ganancias y de la masa coparticipable.
Y yo voy a computar 17 años aunque podría computar 18 o 19 de aportes, y lo hago a valores corrientes, 4.680.000.000 por 17 años arroja la suma de 79.560.000.000 de pesos, muy superior a los 53 o 55.000.000.000 de pesos que debemos por todo concepto. ¡Vaya si es superior!
Ahora bien, señor Presidente, aplaudimos, entonces, la privatización y ahora decimos -y el mismo oficialismo lo dijo- : las AFJP son malas, perjudican al país, las vamos a reestatizar. Y entonces, ¿qué hicimos? Aplaudimos la reestatización. Los mismos que votaron la privatización aplauden la reestatización. Está todo bien.
Lo cierto es que cuando reestatizamos, ingresan a las arcas de la ANSES cerca de 94.500.000.000 de pesos. Esto surge de la versión taquigráfica de la Cámara de Diputados de los bloques oficialistas y opositores. Es un dato oficial.
Y como los aportantes que estaban en el sector privado vuelven al sector público, vuelven a aportar a la ANSES, recobramos 14.000.000.000 de pesos anuales. Quiere decir que aquellos pactos dejan de tener importancia, porque hemos recobrado esta cantidad de aportantes que antes habíamos mandado a la parte privada.
Entonces, puedo decir, sin temor a equivocarme, que de los 14.000.000.000 de pesos que ingresan, el 21,5 por ciento son nuestros, con lo cual tenemos que reclamar 3.010.000.000. Si es menos que los 4.600, no importa, agarremos 3.000, porque esta es la cuestión. Esto es claro. Creo que no estoy dando números tan difíciles de entender.
En definitiva, señor Presidente, para ir abreviando, nosotros vamos a aprobar en general este proyecto de Presupuesto. Vamos a aprobar íntegramente el capítulo del crédito, vamos a votar en contra de la incorporación del IPS como lo hicimos el año pasado, con una fundamentación brillante de nuestro Presidente de bloque Ricardo Jano, por lo tanto no voy a ahondar en estos conceptos. Ya lo dijimos, lo hemos expresado, el IPS tiene rango constitucional y no tiene por qué estar acá adentro.
Y vamos a votar en particular, en contra de la delegación de facultades; artículos 16, 17, 18, 19 y 22; vamos a votar en contra de la utilización indebida de fondos, artículos 23 y 73. No vamos a convalidar algunos decretos, que todavía no están publicados, artículo 67 con sus correspondientes incisos. Pero fundamentalmente vamos a votar en contra, en particular, de lo que significa la rapiña a los municipios. Lo discutimos con Francisco La Porta, pero, evidentemente, no hay caso, es muy difícil discutir, son refractarios al cambio. Entonces, nos retienen a los municipios 65.000.000 de pesos para aplicarlos dentro del esquema de la Ley 13163.
Nos han quitado la participación del 50 por ciento del impuesto inmobiliario; hoy solamente tenemos el 32 por ciento. Nos han quitado la participación de la ganancia en el juego, que era del 26 por ciento y lo pasaron al 20 por ciento. Más otros despojos, porque nos quitan parte del Fondo Educativo.
Es cierto que hay otros fondos que nos van resarciendo, pero en definitiva, cuando uno va haciendo las cuentas, observa, por ejemplo, que un municipio del interior como 9 de Julio, pierde 2.300.000 pesos; Bragado, 1.905.000; Necochea, 1.558.000; Monte Hermoso, 500.000 pesos, etcétera. Entonces, debe quedar claro para qué lado votamos.
Para ir finalizando, señor Presidente, quería citar a un economista, de quien no recuerdo su apellido, pero escribió un artículo muy interesante donde, de alguna manera, pone blanco sobre negro en algunos aspectos de la política fiscal de la Argentina y su distribución.
Este artículo dice que allá por el año 1.200, el Rey Juan sin Tierra, de Inglaterra, después de varias guerras con sus vecinos quedó con sus arcas exhaustas. Entonces se le ocurrió aumentar los impuestos. Se juntaron los señores feudales, juntaron sus ejércitos, vencieron al Rey, y dictaron la Carta Magna, que tiene una frase fundamental que dice: "No se aplican impuestos sin el voto de los representantes".
De ahí en más, señor Presidente, desde los poderes absolutistas de las mismas tiranías, después de convertir a la República, siempre quedó en poder del Legislativo, la defensa de los bienes de sus habitantes, la no confiscatoriedad y, obviamente, la aplicación de impuestos.
Obviamente todo se fue desarrollando y no solamente el Legislativo tiene la obligación de legislar sobre los impuestos, debido al poder constitucional que tiene, sino que tiene la obligación de resguardar una distribución equitativa e impedir dobles imposiciones y una presión tributaria que sea asfixiante.
Daba un ejemplo de un profesional que cobraba 1.000 pesos, aplicaba el 21 por ciento de IVA, 1.210 pesos que depositaba en la cuenta corriente y le cobraban el 0,6 por ciento de impuesto a los débitos sobre el IVA y sobre el honorario; retiraba después esos 1.210 pesos y le volvían a cobrar el 0,6 por ciento sobre el IVA y sobre el honorario. Impuesto sobre impuesto; ocurre en la Argentina.
Entonces, esta presión impositiva, obviamente, genera menor inversión, menor productividad, saca gente del mercado formal y lo manda al mercado marginal, quedando unos pocos dentro del esquema formal, aguantando un gasto del Estado Nacional cada vez más pesado, que concentra los recursos, concentra el gasto y, entonces, él dice que esta gente es muy parecida a los siervos de la gleba de la Edad Media, que tenían que servir de por vida al rey. No eran esclavos, pero tampoco eran enteramente libres; era una mezcla. El rey era dueño de la vida, de la fortuna y de la libertad.
En definitiva, cuando uno evalúa lo que está ocurriendo con nuestras provincias, parecemos siervos de gleba del Estado Nacional y yo, realmente, pretendo otra cosa distinta y esto implica, obviamente, comenzar a discutir con profundidad.
Hemos planteado distintos proyectos a esta Cámara; hay proyectos para juntarnos diputados y senadores para discutir seriamente cómo salimos de esta cuestión. Están los proyectos presentados, pero duermen en la comisiones desde hace 6 años sin embargo, no se tratan.
Por eso digo -y para ir terminando-, señor Presidente, que es necesario poner blanco sobre negro, es necesario mirarse a los ojos, es necesario dialogar, es necesario buscar consensos y es necesario el cambio. El cambio es necesario para que esta Provincia preste mejores servicios, un cambio para que nuestros municipios puedan flotar y dar respuestas a los ciudadanos, un cambio para una mejor educación, salud, seguridad y obras públicas. En definitiva, un cambio para una mejor calidad de vida.
Muchas gracias.